Recompensa y dolor: la respuesta del Estado ante los ataques a la Fuerza Pública
Abril ha sido un mes de luto para Colombia. En solo diez días, entre el 15 y el 25, quince uniformados —once policías y cuatro soldados— perdieron la vida en ataques selectivos que han encendido las alarmas de las autoridades nacionales. Ante esta grave situación, el ministro de Defensa, general (r) Pedro Sánchez, anunció la oferta de hasta $200 millones por información que permita identificar y capturar a los responsables.
Detrás de estos homicidios estaría un nuevo “Plan Pistola”, una estrategia de los grupos ilegales —principalmente el ELN y el Clan del Golfo— para debilitar la presencia institucional y sembrar terror, incluso mientras participan en procesos de diálogo con el Gobierno.
Los uniformados fueron atacados en diferentes puntos del país, muchos de ellos mientras estaban fuera de servicio. Según el ministro, estos hechos no solo enlutan a las familias y compañeros de las víctimas, sino que también representan un intento de sabotear los esfuerzos de seguridad y reconciliación.
Desde el foro Seguridad y Defensa Nacional, Sánchez reiteró el compromiso del Gobierno de combatir a quienes atentan contra la vida de quienes protegen al país. La recompensa, afirmó, es parte de una estrategia más amplia que incluye inteligencia, presencia territorial y cooperación ciudadana.
